Tiendo a recordar el pasado con nostalgia y suelo tener una excesiva confianza en el futuro. Me paso los días recordando lo que pasó, lo que no pasó, lo que podría haber pasado e imaginando lo que tal vez pasará. No siempre son cosas buenas, por supuesto. A veces me entran los miedos, me persiguen los traumas. Otras me echo a llorar sin saber muy bien por qué.
En medio de todo esto, me paro a pensar y me doy cuenta de que el presente corre a una velocidad que me resulta imposible controlar y mis agobios aumentan. Llevo unos días en medio de una crisis existencial algo extraña y, sinceramente, espero que se deba solo a los cambios hormonales típicos y que no sea la temida crisis de los 22-23 porque no me veo para nada con ganas ni fuerzas de superarla.
Tuesday, 27 February 2007
Sunday, 25 February 2007
De vuelta
Príncipe Pío está más cerca de lo que parece y cuando una se pone llega en menos de una hora, aunque sea una hora tarde porque había prometido llegar a las diez. Álida espera con la cena hecha y el vino abierto y después de unas copas decidimos que dos es un número suficiente para salir de fiesta y, como era de esperar, el taxi nos deja en el lugar de siempre. Una amiga, un bar y tres copas son suficiente para pasarlo bien y a eso de las cinco decidimos volver para casa. Una noche divertida, pero no lo es tanto la mañana siguiente. La mezcla vino-cerveza-ron pasa factura. Por eso llego media hora tarde a casa de mi padre y sin los regalos que les debo desde el día de Reyes, pero no importa, el hecho de que vaya a verle ya es suficiente.
A la comida en Conde de Casal le sigue un breve paso por casa y una cena en Sainz de Baranda, que está mucho más cerca que Príncipe Pío y más en coche. Decido que es lo mejor porque al fin y al cabo, después de la noche anterior no me quedan ganas de beber y estoy harta de que los taxistas madrileños se enriquezcan a mi costa. Y salimos casi corriendo después de la cena porque Álida se ha puesto en modo hiperactivo y echa a caminar sin rumbo fijo. Decidimos que lo mejor es ir al centro a tomar algo y después de un largo paseo -primero en coche y luego andando- entramos en un café. Estamos mayores y eso se nota, ya no somos los de antes. A las dos y poco Lorenzo dice “Nos vamos a ir, ¿verdad?” y por la cara de Álida deducimos que ella apoya la iniciativa, así que hago de taxista por todo Madrid y luego recojo a Bret, que está en el bar de siempre y le llevo también a su casa.
Y llegamos a hoy, domingo, día de descanso cuando una lleva este ritmo de fin de semana, pero tocaba cumpleaños familiar y conversaciones con mi primo, singstar, tarta…
Mañana es lunes y no tengo ganas. Jo. Quiero volver al vieres. Ha sido muy divertido.
A la comida en Conde de Casal le sigue un breve paso por casa y una cena en Sainz de Baranda, que está mucho más cerca que Príncipe Pío y más en coche. Decido que es lo mejor porque al fin y al cabo, después de la noche anterior no me quedan ganas de beber y estoy harta de que los taxistas madrileños se enriquezcan a mi costa. Y salimos casi corriendo después de la cena porque Álida se ha puesto en modo hiperactivo y echa a caminar sin rumbo fijo. Decidimos que lo mejor es ir al centro a tomar algo y después de un largo paseo -primero en coche y luego andando- entramos en un café. Estamos mayores y eso se nota, ya no somos los de antes. A las dos y poco Lorenzo dice “Nos vamos a ir, ¿verdad?” y por la cara de Álida deducimos que ella apoya la iniciativa, así que hago de taxista por todo Madrid y luego recojo a Bret, que está en el bar de siempre y le llevo también a su casa.
Y llegamos a hoy, domingo, día de descanso cuando una lleva este ritmo de fin de semana, pero tocaba cumpleaños familiar y conversaciones con mi primo, singstar, tarta…
Mañana es lunes y no tengo ganas. Jo. Quiero volver al vieres. Ha sido muy divertido.
Saturday, 17 February 2007
Vacaciones
Sí, estoy de vacaciones y en casa porque después de la semana que he tenido me sentía incapaz de poner un pie en la calle el viernes por la noche. El fin de semana pasado lo pasé casi entero de la cama al sofá y del sofá a la cama, eso sí, con los apuntes en la mano. Después de una noche de viernes con preestreno y fiestas varias (en la que quité importancia al dolor de cabeza y garganta), mi cuerpo decidió que no podía más. Yo intenté engañarle, pero fue imposible. Cuando el lunes por fin me convencí de que no podía jugar a ser SuperBea, decidí bajar un poco el nivel de exigencia. Mucho mejor, porque eso me permitió disfrutar de otro preestreno -también con fiesta, aunque nos limitásemos a hacer un breve acto de presencia debido al cansancio y al efecto limitado que tiene en mí el Frenadol- y llegar el jueves al examen de italiano mucho más descansada. Y llegamos a hoy: viernes y en casa, porque después de la semana que he tenido... eso, incapaz de poner un pie en la calle. Así que me voy a dormir y a descansar y a recuperarme del todo para empezar la semana con fuerzas.
Thursday, 8 February 2007
Solo una semana más
Podría estar de concierto, pero la Bea responsable de estos últimos meses ha decidido que lo que debía hacer era estudiar, o al menos irse a casa para intentarlo. Me ha dado pena no ver a Rojas en su último concierto antes de su nuevo disco, pero los exámenes son los que mandan estos días.
Tampoco me puedo quejar, ayer salí de cena y fui a otro concierto, aunque fuese poco rato porque había que descansar. Mañana también tengo actividades programadas para el día y la noche. Y aunque las del día no sean del todo apetecibles, siempre va bien salir de casa y ver a gente y charlar y quitarle importancia a los dos grandes exámenes del cuatrimestre, que han quedado para el final.
Lo pienso y tampoco es tan malo, dentro de una semana estaré libre y las cosas habrán quedado bien hechas, al menos por primera vez en unos cuatro años lo habré intentado. Pero me cuesta, me cuesta mucho (creo que no es la primera vez que escribo esto).
Podría estar en un concierto... y sin embargo estoy aquí, escribiendo en el blog, sin haber estudiado aún y sin cenar... ¡¡Lo mío es un caso grave!!
Tampoco me puedo quejar, ayer salí de cena y fui a otro concierto, aunque fuese poco rato porque había que descansar. Mañana también tengo actividades programadas para el día y la noche. Y aunque las del día no sean del todo apetecibles, siempre va bien salir de casa y ver a gente y charlar y quitarle importancia a los dos grandes exámenes del cuatrimestre, que han quedado para el final.
Lo pienso y tampoco es tan malo, dentro de una semana estaré libre y las cosas habrán quedado bien hechas, al menos por primera vez en unos cuatro años lo habré intentado. Pero me cuesta, me cuesta mucho (creo que no es la primera vez que escribo esto).
Podría estar en un concierto... y sin embargo estoy aquí, escribiendo en el blog, sin haber estudiado aún y sin cenar... ¡¡Lo mío es un caso grave!!
Sunday, 4 February 2007
Febrero
Febrero llegó hace ya cuatro días y yo ni me enteré. Me pilló en la Noche Sabinera, disfrutando de las canciones y de la gran actuación de Bret, a pesar de mis nervios preexamen. Y como siempre me pasa, los nervios me desgastan y después de dos exámenes superados con mayor o menor éxito (eso ya se verá), llegué al fin de semana sin fuerzas para aguantar ni una copa después de una cena con gente desconocida pero muy agradable. Y es que si por mí hubiese sido, me habría ido de fiesta para celebrar lo bien que se había portado mi mente en las últimas semanas, pero mi cuerpo decidió que era mejor idea descansar. Y así lo he hecho. El fin de semana se ha pasado entre comidas, siestas y películas y la verdad es que no ha estado nada mal. Pero ya casi es cinco de febrero y mi mente todavía funciona como si estuviese en enero...
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