El puente empezó de bar en bar, con muchas risas y un exceso de copas... es el Destino quien nos lleva y nos guía y nos deja hechos un asco para el ensayo del sábado. A pesar de todo, conseguimos que la interpretación de Luis y Luz se parezca lo más posible al Rubén y a la Lucía que tenemos en mente. Rechazamos las invitaciones a tomar algo porque queda mucho por hacer y poco tiempo, nada de fiestas.
El domingo entro en crisis cuando Álida me dice que no tenemos bar, a dos días del rodaje... Realizamos una visita nocturna al que en una época fue El Bar y todo se soluciona. Respiro más tranquila.
El lunes recogida de material, plan de rodaje, órdenes... y nervios, muchos nervios. La espalda me duele más que nunca y tengo ganas de llorar.
El martes las cosas nos parecen ir mal, pero el sitio es pequeño, tiene poca luz, la gente está cansada... Aún así, conseguimos terminarlo todo a tiempo y lo celebramos con mojitos.
El miércoles atravesamos serios momentos de crisis, pero ni los enfados, ni los olvidos ni la lluvia consiguen desanimarnos demasiado.
La tensión va desapareciendo, pero tardará en irse del todo. Mucho trabajo, muchos problemas, un fuerte dolor de espalda... Esta mañana me han pregunta varias veces que qué tal ha ido todo. No me atrevo a contestar, por si acaso.
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