A mes y poco del final

Me paso el día pensando en cosas que me gustaría escribir y las palabras salen en los momentos menos apropiados. Cuando me voy a dormir mi mente sigue trabajando y cuando debería trabajar, se duerme. No salgo pero salgo porque ningún día llego pronto a casa, pero tampoco excesivamente tarde. El concepto de salida ha cambiado mucho de un año a esta parte. No sé si eso me gusta, pero si he decidido hacer las cosas bien por una vez en cinco años... no me voy a rendir ahora, a mes y poco del final. Pero cuesta, cuesta mucho. No estoy mal, pero no se puede ser madura todo el rato, una a veces tiene berrinches de niña pequeña sin saber muy bien por qué. Aunque lo que sí puedo decir es que ahora se dan mucho menos a menudo que antes, aunque más frecuentemente que en un futuro, o eso espero.

Esta semana ha tocado volver a la dura realidad... clases y más clases, trabajos y más trabajos, sueño, cansancio, ganas de salir de fiesta, de gritar, saltar, llorar, ganas de muchas cosas. Pero he decidido que lo voy a hacer bien... y este año no puedo fallar. No me puedo fallar. Así que me tendré que aguantar, al menos 36 días más.