Feliz

Me siento eficiente. Me queda casi una semana de vacaciones y ya tengo escritos gran parte de los trabajos que necesitaba para el 8 de enero. Supongo que hace un año mi vida era más divertida. Salía mucho más, pasaba mi tiempo libre de bar en bar, en conciertos... de juerga, en definitiva. Sin embargo me veía incapaz de escribir un guión o adaptar un relato, de sentarme y redactar cuatro folios en una hora o hacer una entrevista. Me sentía pequeñita, muy pequeñita. Hoy salgo menos (pero salgo), trabajo más, estudio más y soy mucho más feliz. Porque confío en mi capacidad para llegar a algo, porque a veces es inútil lamentarse creyendo que el problema es la falta de talento ya que el talento, generalmente, sea mayor o menor, debe saber utilizarse. Todo consiste en sentarse y aprender. Y confiar en uno mismo, claro.