La última vez que escribí lo hice desde una ciudad que no era la mía, pero solo iba a estar allí por un tiempo. La ciudad de ahora tampoco es Madrid, pero esta vez he venido para quedarme.
Lo mejor de Barcelona es que tiene mar. Lo peor es que las calles son extrañas, que todo está por estrenar y a ratos me da miedo quitarle el envoltorio a las cosas, por si acaso se rompen.
En general me siento feliz. En algunos momentos, soy la persona más feliz del mundo y podría hasta llorar. Pero alguna que otra vez se me pone un gran nudo en la garganta y me pregunto a mí misma qué coño hago aquí y echo todo muchísimo de menos y lo que más me apetece es salir corriendo. Y es que desde siempre me han atraído mucho los cambios, pero a la vez me dan tanto miedo...
Por eso creo que las cosas deben ir poco a poco, sin agobios, sin prisas, sin preocupaciones... Porque no tengo nada que perder.
Mientras disfruto de mi nueva vida, espero con impaciencia la fiesta del semáforo y la sangría madrileña. Porque una puede llegar a aceptar que, al contrario de lo que defendía hace dos meses, algunos catalanes son terriblemente encantadores, pero jo, no es lo mismo...
Monday, 8 October 2007
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1 comment:
Hay poocas cosas tan estupendas como desenvolver regalos, así que disfruta. Muchos besos.
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