Monday, 29 October 2007
Tuesday, 16 October 2007
Gracias :-)
Sucede que a veces la vida mata y el amor
te echa silicona en los cerrojos de tu casa,
y te abre un expediente de regulación,
o te expulsa del Edén, hacia tierras extrañas.
Sucede que a veces sales de un bar y la luz
quema la piel de este vampiro que te ama,
te llena la frente de fino polvo marrón-sur,
bostezas y te queman agujetas en las alas.
Pero sucede también
que, sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio.
Y siempre es viernes, siesta de verano,
verbena en la aldea, guirnaldas en mayo,
tormentas que apagan el televisor.
Teléfonos que arden, me nombra tu voz,
hoy ceno contigo, hoy Revolución,
reyes que pierden sus coronas,
verte entre la multitud,
abrazos que incendian la aurora
en las playas del sur.
Sucede que a veces la vida mata y te encuentras
solo y en este corazón no reciclable
se hunden petroleros desahuciados y sospechas
que provocan miopía en lanzadores de puñales.
Sucede que a veces la vida mata y el invierno
saca su revólver, te encañona en las costillas,
te aterran los álbumes de fotos y el espejo,
huele a pino el coche y el mar a gasolina.
Pero sucede también
que, sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio.
Y siempre es viernes, siesta de verano,
verbena en la aldea, guirnaldas en mayo,
tormentas que apagan el televisor.
Teléfonos que arden, me nombra tu voz,
hoy ceno contigo, hoy Revolución,
reyes que pierden sus coronas,
verte entre la multitud,
abrazos que incendian la aurora
en las playas del sur.
Sucede que a veces la vida mata...
Y siempre es viernes, siesta de verano...
Hoy ceno contigo, hoy revolución...
te echa silicona en los cerrojos de tu casa,
y te abre un expediente de regulación,
o te expulsa del Edén, hacia tierras extrañas.
Sucede que a veces sales de un bar y la luz
quema la piel de este vampiro que te ama,
te llena la frente de fino polvo marrón-sur,
bostezas y te queman agujetas en las alas.
Pero sucede también
que, sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio.
Y siempre es viernes, siesta de verano,
verbena en la aldea, guirnaldas en mayo,
tormentas que apagan el televisor.
Teléfonos que arden, me nombra tu voz,
hoy ceno contigo, hoy Revolución,
reyes que pierden sus coronas,
verte entre la multitud,
abrazos que incendian la aurora
en las playas del sur.
Sucede que a veces la vida mata y te encuentras
solo y en este corazón no reciclable
se hunden petroleros desahuciados y sospechas
que provocan miopía en lanzadores de puñales.
Sucede que a veces la vida mata y el invierno
saca su revólver, te encañona en las costillas,
te aterran los álbumes de fotos y el espejo,
huele a pino el coche y el mar a gasolina.
Pero sucede también
que, sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio.
Y siempre es viernes, siesta de verano,
verbena en la aldea, guirnaldas en mayo,
tormentas que apagan el televisor.
Teléfonos que arden, me nombra tu voz,
hoy ceno contigo, hoy Revolución,
reyes que pierden sus coronas,
verte entre la multitud,
abrazos que incendian la aurora
en las playas del sur.
Sucede que a veces la vida mata...
Y siempre es viernes, siesta de verano...
Hoy ceno contigo, hoy revolución...
Monday, 8 October 2007
Vida Nueva
La última vez que escribí lo hice desde una ciudad que no era la mía, pero solo iba a estar allí por un tiempo. La ciudad de ahora tampoco es Madrid, pero esta vez he venido para quedarme.
Lo mejor de Barcelona es que tiene mar. Lo peor es que las calles son extrañas, que todo está por estrenar y a ratos me da miedo quitarle el envoltorio a las cosas, por si acaso se rompen.
En general me siento feliz. En algunos momentos, soy la persona más feliz del mundo y podría hasta llorar. Pero alguna que otra vez se me pone un gran nudo en la garganta y me pregunto a mí misma qué coño hago aquí y echo todo muchísimo de menos y lo que más me apetece es salir corriendo. Y es que desde siempre me han atraído mucho los cambios, pero a la vez me dan tanto miedo...
Por eso creo que las cosas deben ir poco a poco, sin agobios, sin prisas, sin preocupaciones... Porque no tengo nada que perder.
Mientras disfruto de mi nueva vida, espero con impaciencia la fiesta del semáforo y la sangría madrileña. Porque una puede llegar a aceptar que, al contrario de lo que defendía hace dos meses, algunos catalanes son terriblemente encantadores, pero jo, no es lo mismo...
Lo mejor de Barcelona es que tiene mar. Lo peor es que las calles son extrañas, que todo está por estrenar y a ratos me da miedo quitarle el envoltorio a las cosas, por si acaso se rompen.
En general me siento feliz. En algunos momentos, soy la persona más feliz del mundo y podría hasta llorar. Pero alguna que otra vez se me pone un gran nudo en la garganta y me pregunto a mí misma qué coño hago aquí y echo todo muchísimo de menos y lo que más me apetece es salir corriendo. Y es que desde siempre me han atraído mucho los cambios, pero a la vez me dan tanto miedo...
Por eso creo que las cosas deben ir poco a poco, sin agobios, sin prisas, sin preocupaciones... Porque no tengo nada que perder.
Mientras disfruto de mi nueva vida, espero con impaciencia la fiesta del semáforo y la sangría madrileña. Porque una puede llegar a aceptar que, al contrario de lo que defendía hace dos meses, algunos catalanes son terriblemente encantadores, pero jo, no es lo mismo...
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